El sistema esquelético es el resultado del trabajo conjunto de los diversos tipos de tejidos:
- Hueso ( tejido óseo).
- Cartílago.
- Tejido adiposo.
- Tejido nervioso, etc.
Debido a este trabajo mixto, se considera que cada hueso es un órgano. El tejido El tejido óseo es un tejido vivo complejo y dinámico que experimenta un proceso continuo llamado remodelación (formación de tejido óseo nuevo y destrucción simultánea del hueso precedente). Todo el armazón de huesos con sus cartílagos, así como con los ligamentos y los tendones, constituye el sistema esquelético.
La osteología es el estudio de la estructura osea y del tratamiento de las enfermedades de los huesos.
FUNCIONES DEL HUESO Y DEL SISTEMA ESQUELETICO
El tejido oseo constituye el 18% del total del peso corporal y sus funciones son las siguientes:
- Sostén:
El esqueleto es la estructura del organismo que da sostén a los tejidos blandos y brinda los puntos de inserción para los tendones de la mayoría de los músculos esqueléticos.
- Protección:
El esqueleto protege de lesiones a los órganos internos más importantes. Por ejemplo, los huesos del cráneo protegen el cerebro; las vértebras, la médula espinal y la caja torácica, el corazón y los pulmones.
- Asistencia en el movimiento:
La mayoría de los músculos esqueléticos se fijan a los huesos; cuando se contraen, traccionan de ellos para producir el movimiento.
- Homeostasis mineral (almacenamiento y liberación):
El tejido óseo almacena diversos minerales, especialmente calcio y fósforo, lo que contribuye a la resistencia del hueso. Según los requerimientos, el hueso libera minerales a la circulación para mantener el equilibrio de algunos componentes esenciales de la sangre homeostasis) y para distribuir esos minerales en otros sectores del organismo.
- Producción de células sanguíneas:
Dentro de algunos huesos, un tejido conectivo denominado médula ósea roja produce glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Este proceso se denomina hemopoyesis (hemo- de háima, sangre, y -poiesis de poieesis, formación). La médula ósea roja consta de células sanguíneas en desarrollo, adipocitos, fibroblastos y macrófagos, que están inmersos en un tejido de sostén (estroma) formado por fibras reticulares. Se encuentra en los huesos fetales en desarrollo y en algunos huesos del adulto, como la pelvis, las costillas, el esternón, las vértebras, el cráneo y los extremos proximales de los huesos largos del brazo (húmero) y del muslo (fémur). En el recién nacido, toda la médula ósea es roja y participa de la emopoyesis. Con el paso del tiempo, gran parte de la médula ósea roja se convierte en médula ósea amarilla.
- Almacenamiento de triglicéridos:
La médula ósea amarilla está constituida principalmente por adipocitos, en los que se almacenan triglicéridos. Dichos adipocitos constituyen una posible fuente de energía química.
ESTRUCTURA DEL HUESO
2.1 SISTEMA ÓSEO-ARTICULAR El sistema óseo articular constituye el elemento pasivo del aparato locomotor, ya que participa en el movimiento al ser arrastrado el hueso por la contracción del músculo (elemento activo del aparato locomotor) que se inserta en dicho hueso. El sistema óseo-articular es muy importante en relación con la educación física a nivel preventivo, debido a que se producen a menudo en la práctica lesiones óseas y articulares. a) SISTEMA ESQUELÉTICO (los huesos) El sistema esquelético está formado por 208 huesos aprox. y por fibras de tejido conectivo que forman los ligamentos (unen huesos entre sí) y los tendones, estructuras que permiten la inserción muscular en hueso. El hueso presenta irregularidades para permitir esas inserciones. El tejido óseo es la forma más peculiar de tejido conjuntivo del organismo, está compuesto por células, fibras y material extracelular. Es el más duro del organismo porque el espacio existente entre las células que lo forman está totalmente mineralizado por los depósitos de calcio y fosfatos. Tiene muchas fibras de colágeno. El esqueleto del embrión no tiene esa dureza, es un esqueleto cartilaginoso en el que a partir de los puntos de osificación se va depositando el mineral que le confiere su dureza. En el esqueleto del niño sigue existiendo una gran proporción de cartílago, lo que explica su mayor flexibilidad, las zonas depresibles del cráneo y el propio crecimiento en longitud. Los huesos largos que son los principales protagonistas del aumento de talla corporal pueden crecer gracias a una zona cartilaginosa cerca de los extremos, llamada cartílago de crecimiento. Su osificación, transformación de cartílago en hueso, supone el cese del aumento en la estatura (16-17 años en mujer y 18-20 en hombres). Las células del tejido óseo son los osteocitos (células maduras). Los osteoblastos son las células formadoras de hueso y los osteoclastos son células destructoras de hueso, ambas se encargan de la osteogénesis, permiten la renovación del hueso. Dependiendo de cómo se organicen las células óseas, conforman dos tipos diferentes de tejido óseo: Tejido óseo compacto: formado por capas muy densas de células y sustancia intercelular, que se organizan como capas concéntricas formando los “sistemas de Havers”. Es el que aparece en los huesos largos en diáfisis o parte media, a los que proporciona de dureza y consistencia para realizar sus funciones. En la zona central existe una cavidad rellena por médula ósea amarilla, formada por grasa. Tejido óseo esponjoso: organizado en láminas que se entrecruzan unas con otras, resultando un aspecto trabecular (malla o red). Se disponen según los ángulos de la fuerza para conseguir la máxima dureza con el mínimo peso. Se aprecian espacios ocupados por médula ósea roja, donde se fabrican células sanguíneas. En huesos cortos y en extremos de los huesos largos. Independientemente del tejido que predomine, el hueso está rodeado por una envoltura de tejido conjuntivo muy vascularizado, que se comporta como una membrana nutricia del hueso. Es el periostio, el cual permite el crecimiento en grosor. Tipos de huesos La distribución y proporción de tejido óseo de cada hueso, depende de las tensiones y fuerzas a las que será sometido. Debido a ello se formarán distintos tipos de huesos: Huesos largos: función de sostén y movimiento. Se encuentran en extremidades (fémur, tibia, peroné, húmero, cúbito…) Formados por tres partes: - Extremos o epífisis: porciones óseas que articular con otros huesos. En el interior tiene tejido óseo esponjoso, rodeado de tejido compacto. En la superficie articular en contacto con otros huesos, la epífisis está rodeada de cartílago articular. - Diáfisis: cilindro hueco de paredes gruesas. Tejido óseo compacto y en el interior contiene a la médula amarilla (grasa). - Metáfisis: zona entre epífisis y diáfisis. En el adulto es igual a la diáfisis pero en el niño presenta el cartílago de crecimiento. Huesos cortos: zonas de transito, uniendo entre sí a huesos largos. Tejido esponjoso, rodeado de compacto (huesos del carpo y del tarso). Huesos planos: protección a órganos vitales y estructuras. Dos placas de tejido compacto con una capa media de esponjoso (bóveda del cráneo, costillas y esternón). Huesos irregulares: diversas formas, difíciles de adscribir (vértebras, huesos cráneo y cara). Funciones del hueso El hueso posee múltiples propiedades que le permiten llevar a cabo varias funciones: a) Funciones mecánicas Soporte y sostén. Inserción muscular: condiciona su participación en el movimiento al ser arrastrada la palanca ósea en la contracción. Protección de órganos vitales: Por ej la médula espinal con la columna vertebral. b) Funciones metabólicas Mantenimiento del nivel de Ca en organismo: si sobra lo acumula, si falta lo libera. Mecanismo regulador hormonal. c) Funciones hematopoyéticas Producción de células sanguíneas (glóbulos rojos y blancos) en la médula ósea roja. El esqueleto Los 208 huesos del cuerpo se pueden clasificar, según su ubicación en dos grupos: Esqueleto axial: función protectora, son los huesos que se localizan en torno a la línea media del cuerpo, constituyendo el eje corporal (cabeza, columna vertebral, costillas y esternón en el tórax) Esqueleto apendicular: función de soporte y movimiento. Formado por los huesos de las dos cinturas (escapular y pelviana) y de las extremidades superiores e inferiores. En la cabeza, tenemos huesos planos e irregulares, excepto la mandíbula que se puede mover. La articulación del cuello une la cabeza con el tronco mediante las vértebras cervicales. La columna está compuesta por 33 vértebras: cervicales (7), dorsales (12), lumbares (5), sacras (4) y las coccígeas (5). En el plano frontal la columna vertebral es recta, pero en el sagital es curva. Dos curvaturas de concavidad posterior, llamadas lordosis en las zonas cervical y lumbar; y dos curvaturas de concavidad anterior, llamadas cifosis en las zonas dorsal y sacro-coccígea. En el tronco, tenemos el tórax, donde además de las vértebras dorsales, existen las costillas (12 pares) en las que distinguimos los 7 pares de costillas verdaderas (unidas al esternón), 3 pares de costillas falsas (unidas al 7º par) y 2 pares de flotantes (extremo anterior es libre); y el esternón. En el abdomen se encuentran las vértebras lumbares. El esqueleto del miembro superior está compuesto por la cintura escapular (omóplato y la clavícula) que articula el húmero del brazo con el tronco, el cúbito y el radio en le antebrazo y en la mano los carpianos (carpo), los metacarpianos (metacarpo) y las falanges. En el miembro superior tenemos las articulaciones del hombro (húmero, clavícula y omóplato) une miembro superior al tronco, codo (húmero, cúbito y radio) une antebrazo con brazo y muñeca (cúbito, radio y carpo) una la mano al antebrazo. En el esqueleto de los miembros inferiores nos encontramos con la cintura pelviana formada por el sacro y dos ilíacos, en el muslo tenemos al fémur, en la pierna la rótula, la tibia y el peroné, y en el pie los tarsianos (tarso), metatarsianos (metatarso) y las falanges). La articulación de la cadera (fémur y sacro) une el miembro inferior al tronco, la rodilla (rótula, tibia y fémur) une el muslo con la pierna y la articulación del tobillo (tarso, tibia y peroné) une el pie con la pierna. b) ARTICULACIONES Es la zona de contacto o punto de unión entre dos huesos. Los extremos óseos no están en contacto directo, sino revestidos de tejido conjuntivo. La movilidad articular es la capacidad de movimiento que tiene cada articulación, limitada por ligamentos, cartílagos y choque de partes blandas. Existen tres grupos de articulaciones en función de la movilidad articular: - Diartrosis: articulaciones con máxima amplitud de movimiento. Formada por dos o más superficies esqueléticas que establecen nexos de unión, existe una cavidad que permite al hueso deslizarse o moverse en todos planos. - Anfiartrosis o sínfisis: articulaciones pobres en movimiento. Presencia de un disco fibroso, cartilaginoso o menisco interarticular (sínfisis pubiana) o ligamentos interóseos (sínfisis sacroilíaca). Movimiento se reduce a un balanceo. P. ej columna vertebral, pelvis, tarso… - Sinartrosis: articulaciones sin movimiento. P ej las articulaciones de la cabeza. Partes de las diartrosis: - Cartílago articular: cartílago hilarino que recubre los extremos óseos, superficies de contacto interóseo y permite el deslizamiento. Con la edad disminuye en grosos (artrosis) - Ligamentos internos y externos: unen cartílagos articulares de ambos huesos (no existen en todas) - Cápsula articular: delimita la cavidad uniéndose a los dos huesos. Tiene dos capas, una fibrosa externa y otra interna llamada membrana sinovial. La cual segrega líquido sinovial a la cavidad. Si se rompe y sale líquido sinovial, es el 1er síntoma de lesión. Su función es nutrir y lubricar a la articulación. - Meniscos intraarticulares: fibrocartílagos libres en el interior de la cavidad articular (no existen en todas articulaciones) Si se lesiona, no se regenera, crece de peor calidad. Menos movimiento. Clasificación: - Planas: deslizamiento (articulaciones intercarpianas) - En bisagra: uniaxial, movimiento de flexión-extensión (codo) - En pivote: uniaxial, rotación (radio-cubital) - Elipsoidea: biaxial, no rotación (muñeca) - Condiloidea: biaxial, no rotación (interfalángicas). Flex-ext, abd-add, circunducción. - De cabeza y cavidad: triaxial (hombro y cadera) - En silla de montar: triaxial, pulgar con ligera rotación
La osteología es el estudio de la estructura osea y del tratamiento de las enfermedades de los huesos.
FUNCIONES DEL HUESO Y DEL SISTEMA ESQUELETICO
El tejido oseo constituye el 18% del total del peso corporal y sus funciones son las siguientes:
- Sostén:
El esqueleto es la estructura del organismo que da sostén a los tejidos blandos y brinda los puntos de inserción para los tendones de la mayoría de los músculos esqueléticos.
- Protección:
El esqueleto protege de lesiones a los órganos internos más importantes. Por ejemplo, los huesos del cráneo protegen el cerebro; las vértebras, la médula espinal y la caja torácica, el corazón y los pulmones.
- Asistencia en el movimiento:
La mayoría de los músculos esqueléticos se fijan a los huesos; cuando se contraen, traccionan de ellos para producir el movimiento.
- Homeostasis mineral (almacenamiento y liberación):
El tejido óseo almacena diversos minerales, especialmente calcio y fósforo, lo que contribuye a la resistencia del hueso. Según los requerimientos, el hueso libera minerales a la circulación para mantener el equilibrio de algunos componentes esenciales de la sangre homeostasis) y para distribuir esos minerales en otros sectores del organismo.
- Producción de células sanguíneas:
Dentro de algunos huesos, un tejido conectivo denominado médula ósea roja produce glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Este proceso se denomina hemopoyesis (hemo- de háima, sangre, y -poiesis de poieesis, formación). La médula ósea roja consta de células sanguíneas en desarrollo, adipocitos, fibroblastos y macrófagos, que están inmersos en un tejido de sostén (estroma) formado por fibras reticulares. Se encuentra en los huesos fetales en desarrollo y en algunos huesos del adulto, como la pelvis, las costillas, el esternón, las vértebras, el cráneo y los extremos proximales de los huesos largos del brazo (húmero) y del muslo (fémur). En el recién nacido, toda la médula ósea es roja y participa de la emopoyesis. Con el paso del tiempo, gran parte de la médula ósea roja se convierte en médula ósea amarilla.
- Almacenamiento de triglicéridos:
La médula ósea amarilla está constituida principalmente por adipocitos, en los que se almacenan triglicéridos. Dichos adipocitos constituyen una posible fuente de energía química.
ESTRUCTURA DEL HUESO
2.1 SISTEMA ÓSEO-ARTICULAR El sistema óseo articular constituye el elemento pasivo del aparato locomotor, ya que participa en el movimiento al ser arrastrado el hueso por la contracción del músculo (elemento activo del aparato locomotor) que se inserta en dicho hueso. El sistema óseo-articular es muy importante en relación con la educación física a nivel preventivo, debido a que se producen a menudo en la práctica lesiones óseas y articulares. a) SISTEMA ESQUELÉTICO (los huesos) El sistema esquelético está formado por 208 huesos aprox. y por fibras de tejido conectivo que forman los ligamentos (unen huesos entre sí) y los tendones, estructuras que permiten la inserción muscular en hueso. El hueso presenta irregularidades para permitir esas inserciones. El tejido óseo es la forma más peculiar de tejido conjuntivo del organismo, está compuesto por células, fibras y material extracelular. Es el más duro del organismo porque el espacio existente entre las células que lo forman está totalmente mineralizado por los depósitos de calcio y fosfatos. Tiene muchas fibras de colágeno. El esqueleto del embrión no tiene esa dureza, es un esqueleto cartilaginoso en el que a partir de los puntos de osificación se va depositando el mineral que le confiere su dureza. En el esqueleto del niño sigue existiendo una gran proporción de cartílago, lo que explica su mayor flexibilidad, las zonas depresibles del cráneo y el propio crecimiento en longitud. Los huesos largos que son los principales protagonistas del aumento de talla corporal pueden crecer gracias a una zona cartilaginosa cerca de los extremos, llamada cartílago de crecimiento. Su osificación, transformación de cartílago en hueso, supone el cese del aumento en la estatura (16-17 años en mujer y 18-20 en hombres). Las células del tejido óseo son los osteocitos (células maduras). Los osteoblastos son las células formadoras de hueso y los osteoclastos son células destructoras de hueso, ambas se encargan de la osteogénesis, permiten la renovación del hueso. Dependiendo de cómo se organicen las células óseas, conforman dos tipos diferentes de tejido óseo: Tejido óseo compacto: formado por capas muy densas de células y sustancia intercelular, que se organizan como capas concéntricas formando los “sistemas de Havers”. Es el que aparece en los huesos largos en diáfisis o parte media, a los que proporciona de dureza y consistencia para realizar sus funciones. En la zona central existe una cavidad rellena por médula ósea amarilla, formada por grasa. Tejido óseo esponjoso: organizado en láminas que se entrecruzan unas con otras, resultando un aspecto trabecular (malla o red). Se disponen según los ángulos de la fuerza para conseguir la máxima dureza con el mínimo peso. Se aprecian espacios ocupados por médula ósea roja, donde se fabrican células sanguíneas. En huesos cortos y en extremos de los huesos largos. Independientemente del tejido que predomine, el hueso está rodeado por una envoltura de tejido conjuntivo muy vascularizado, que se comporta como una membrana nutricia del hueso. Es el periostio, el cual permite el crecimiento en grosor. Tipos de huesos La distribución y proporción de tejido óseo de cada hueso, depende de las tensiones y fuerzas a las que será sometido. Debido a ello se formarán distintos tipos de huesos: Huesos largos: función de sostén y movimiento. Se encuentran en extremidades (fémur, tibia, peroné, húmero, cúbito…) Formados por tres partes: - Extremos o epífisis: porciones óseas que articular con otros huesos. En el interior tiene tejido óseo esponjoso, rodeado de tejido compacto. En la superficie articular en contacto con otros huesos, la epífisis está rodeada de cartílago articular. - Diáfisis: cilindro hueco de paredes gruesas. Tejido óseo compacto y en el interior contiene a la médula amarilla (grasa). - Metáfisis: zona entre epífisis y diáfisis. En el adulto es igual a la diáfisis pero en el niño presenta el cartílago de crecimiento. Huesos cortos: zonas de transito, uniendo entre sí a huesos largos. Tejido esponjoso, rodeado de compacto (huesos del carpo y del tarso). Huesos planos: protección a órganos vitales y estructuras. Dos placas de tejido compacto con una capa media de esponjoso (bóveda del cráneo, costillas y esternón). Huesos irregulares: diversas formas, difíciles de adscribir (vértebras, huesos cráneo y cara). Funciones del hueso El hueso posee múltiples propiedades que le permiten llevar a cabo varias funciones: a) Funciones mecánicas Soporte y sostén. Inserción muscular: condiciona su participación en el movimiento al ser arrastrada la palanca ósea en la contracción. Protección de órganos vitales: Por ej la médula espinal con la columna vertebral. b) Funciones metabólicas Mantenimiento del nivel de Ca en organismo: si sobra lo acumula, si falta lo libera. Mecanismo regulador hormonal. c) Funciones hematopoyéticas Producción de células sanguíneas (glóbulos rojos y blancos) en la médula ósea roja. El esqueleto Los 208 huesos del cuerpo se pueden clasificar, según su ubicación en dos grupos: Esqueleto axial: función protectora, son los huesos que se localizan en torno a la línea media del cuerpo, constituyendo el eje corporal (cabeza, columna vertebral, costillas y esternón en el tórax) Esqueleto apendicular: función de soporte y movimiento. Formado por los huesos de las dos cinturas (escapular y pelviana) y de las extremidades superiores e inferiores. En la cabeza, tenemos huesos planos e irregulares, excepto la mandíbula que se puede mover. La articulación del cuello une la cabeza con el tronco mediante las vértebras cervicales. La columna está compuesta por 33 vértebras: cervicales (7), dorsales (12), lumbares (5), sacras (4) y las coccígeas (5). En el plano frontal la columna vertebral es recta, pero en el sagital es curva. Dos curvaturas de concavidad posterior, llamadas lordosis en las zonas cervical y lumbar; y dos curvaturas de concavidad anterior, llamadas cifosis en las zonas dorsal y sacro-coccígea. En el tronco, tenemos el tórax, donde además de las vértebras dorsales, existen las costillas (12 pares) en las que distinguimos los 7 pares de costillas verdaderas (unidas al esternón), 3 pares de costillas falsas (unidas al 7º par) y 2 pares de flotantes (extremo anterior es libre); y el esternón. En el abdomen se encuentran las vértebras lumbares. El esqueleto del miembro superior está compuesto por la cintura escapular (omóplato y la clavícula) que articula el húmero del brazo con el tronco, el cúbito y el radio en le antebrazo y en la mano los carpianos (carpo), los metacarpianos (metacarpo) y las falanges. En el miembro superior tenemos las articulaciones del hombro (húmero, clavícula y omóplato) une miembro superior al tronco, codo (húmero, cúbito y radio) une antebrazo con brazo y muñeca (cúbito, radio y carpo) una la mano al antebrazo. En el esqueleto de los miembros inferiores nos encontramos con la cintura pelviana formada por el sacro y dos ilíacos, en el muslo tenemos al fémur, en la pierna la rótula, la tibia y el peroné, y en el pie los tarsianos (tarso), metatarsianos (metatarso) y las falanges). La articulación de la cadera (fémur y sacro) une el miembro inferior al tronco, la rodilla (rótula, tibia y fémur) une el muslo con la pierna y la articulación del tobillo (tarso, tibia y peroné) une el pie con la pierna. b) ARTICULACIONES Es la zona de contacto o punto de unión entre dos huesos. Los extremos óseos no están en contacto directo, sino revestidos de tejido conjuntivo. La movilidad articular es la capacidad de movimiento que tiene cada articulación, limitada por ligamentos, cartílagos y choque de partes blandas. Existen tres grupos de articulaciones en función de la movilidad articular: - Diartrosis: articulaciones con máxima amplitud de movimiento. Formada por dos o más superficies esqueléticas que establecen nexos de unión, existe una cavidad que permite al hueso deslizarse o moverse en todos planos. - Anfiartrosis o sínfisis: articulaciones pobres en movimiento. Presencia de un disco fibroso, cartilaginoso o menisco interarticular (sínfisis pubiana) o ligamentos interóseos (sínfisis sacroilíaca). Movimiento se reduce a un balanceo. P. ej columna vertebral, pelvis, tarso… - Sinartrosis: articulaciones sin movimiento. P ej las articulaciones de la cabeza. Partes de las diartrosis: - Cartílago articular: cartílago hilarino que recubre los extremos óseos, superficies de contacto interóseo y permite el deslizamiento. Con la edad disminuye en grosos (artrosis) - Ligamentos internos y externos: unen cartílagos articulares de ambos huesos (no existen en todas) - Cápsula articular: delimita la cavidad uniéndose a los dos huesos. Tiene dos capas, una fibrosa externa y otra interna llamada membrana sinovial. La cual segrega líquido sinovial a la cavidad. Si se rompe y sale líquido sinovial, es el 1er síntoma de lesión. Su función es nutrir y lubricar a la articulación. - Meniscos intraarticulares: fibrocartílagos libres en el interior de la cavidad articular (no existen en todas articulaciones) Si se lesiona, no se regenera, crece de peor calidad. Menos movimiento. Clasificación: - Planas: deslizamiento (articulaciones intercarpianas) - En bisagra: uniaxial, movimiento de flexión-extensión (codo) - En pivote: uniaxial, rotación (radio-cubital) - Elipsoidea: biaxial, no rotación (muñeca) - Condiloidea: biaxial, no rotación (interfalángicas). Flex-ext, abd-add, circunducción. - De cabeza y cavidad: triaxial (hombro y cadera) - En silla de montar: triaxial, pulgar con ligera rotación
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